A raíz de unas fotos del desfile del orgullo gay que
compartiste, y del intercambio que tuvimos al respecto, lo estuve pensando y me
parece que tengo una vaga idea de cómo atender tu preocupación. Cómo prevenir
el siguiente genocidio, la masacre que tanto te interesa evitar por el futuro
de tus hijos, y de paso salvaguardar a la familia. Te cuento:
Mi mejor amigo es homosexual. Lo conozco hace veinte años. Es el
amigo con quien más he viajado y con quien más anécdotas comparto. Conozco a su
familia completa, incluso la extendida. Es un ser humano bondadoso, generoso y
leal. Si algo me llegara a pasar, le confiaría a mi hijo sin reservas.
Ciegamente. NO puedo decir lo mismo de algunos de mis amigos heterosexuales, ni
de otros amigos gays, a los que también quiero mucho. A esos igual y se los
dejaría un fin de semana. También conozco gays bastante insoportables, y un par
de respetables madres de familia que son tan feas personas, tan narcisistas y
tan egocéntricas, que no les confiaría a Esteban ni cinco minutos.
Como puedes ver, en todo momento se trata de CASOS PARTICULARES.
Y así es con todo. O al menos debería serlo. Si estás de acuerdo conmigo en
este punto, sigamos.
Generalizar es muy peligroso, Juan. Y sin embargo, generalizamos
con una facilidad pasmosa. Porque nos sirve de escudo, de muletilla en
conversaciones incómodas y de muleta cuando no sabemos bien para dónde caminar.
"La heroína es una droga letal". Para muchos, sí. Pero también puede
aliviar el dolor de alguien con todos los huesos rotos. "Los hombres sólo
piensan en sexo". ¿En serio? "Las mujeres son estúpidas/no saben lo
que quieren". "Los indios son ladinos". "Los del América
son de Televisa". "Los pobres son huevones". "Los ricos son
transas". "Los gringos son ignorantes". Es muy reconfortante
poder alzar el dedo, agrupar a unos cuantos en una red imaginaria, y luego
bombardearlos con adjetivos como "nacos", "puñales",
"populistas", "zorras", "comunistas",
"anarquistas", "conformistas"... la lista es interminable.
Poner adjetivos, categorizar al mundo, meter todo en cajitas con su etiqueta,
genera mucho alivio. Creemos que así le damos orden y lo volvemos un lugar
"seguro". Un lugar donde nada cambie y entonces podamos conservar
siempre nuestros privilegios. ¿Pero qué crees? El mundo es caótico, la única
constante es el cambio, y lo que sí puede pasar, es que un día alguien te
agrupe A TI junto con unos cuantos. Que seas tú víctima de un prejuicio. Como
cuando conoces a una chava increíble pero le da flojera salir contigo porque no
le caen bien los "fresas" o no le gustan "los chaparritos",
sin darse la oportunidad de conocerte. Qué injusto, ¿no? ¡tú eres mucho más que
eso! Y ojalá y esa chava no se lleve con gente que en serio odie a los fresas y
a los bajitos, y encima te quieran poner una paliza... ni lo mande Dios.
Cada cabeza es un mundo y cada persona es un universo. Con
facetas maravillosas y otras abominables. Nos guste o no. Hasta Hitler tenía
una perrita y quería mucho a su esposa. El único criterio por el cual
deberíamos juzgar a una persona (y "juzgar" ya es un término muy
delicado) es por su calidad moral. Y la calidad moral se reduce a una sola
pregunta: ¿tratas bien a los demás? ¿a los conocidos y a los desconocidos?
Punto. Y eso sólo puede juzgarse individualmente, NUNCA en masa.
Pertenecer a un grupo siempre es gratificante. Da seguridad.
Juntarse con una bola de mexicanos en un país extranjero a ver jugar a la
selección, defender a tu equipo, estar con tus amigos, con tu familia, y
sentirte arropado, sentirte "clan", todo eso está muy bien. Pero la
línea es delgada y se puede volver peligrosa cuando eso se traduce en excluir o
atacar a OTRO grupo, sólo porque tu sensación de estar en "en bola"
te envalentona y te protege. Es el principio del bullying y de todos los abusos
de la Tierra.
Cualquier forma de generalización es potencialmente peligrosa
porque es prima hermana de la discriminación, que es el origen de todos los
crímenes contra la humanidad que ha habido en la historia.
Mencionas a Hitler y la "guerra". Hitler fue el
artífice de una masacre sin precedentes con la loable intención (para él,
claro), de eliminar a los impuros de la Tierra. Pero no es el único ejemplo. Yo
te recuerdo otros: los primeros cristianos, perseguidos y destripados en los circos
romanos durante muchas docenas de años. En su día, los cristianos eran los
diferentes, los raros, incluso los "herejes" para religiones
politeístas y "depravados" para culturas polígamas. Luego la tortilla
se volteó, y en la Inquisición esos mismos cristianos (ahora católicos,
apostólicos Y romanos), quemaban vivas a las llamadas "brujas" y
cuanta gente que se saliera del redil del nuevo pensamiento OFICIAL. Qué
paradoja, ¿no? Todas las conquistas del mundo han tenido un principio discriminatorio.
Y nada más en los últimos cien años, ha corrido mucha sangre por el planeta.
Demasiada. El Imperio otomano, actual Turquía, expulsó a la población armenia
de Estambul. Los echaron sin dejarlos llevar medios para subsistir, así que
millón y medio de hombres, mujeres, niños y bebés, murieron de hambre y de sed.
Turquía ni siquiera considera que el gran crimen armenio fuera un genocidio,
porque no cree que se siguiera un "plan" sistemático de aniquilación.
En 1994, por cuestiones tribales y demográficas, se eliminó el 75% de la
población tutsi en Ruanda, a manos de otro grupo, los hutus. Todas las mujeres
sobrevivientes fueron violadas. A Stalin se le atribuye la muerte de 40
millones de personas, entre purgas, hambrunas, colectivizaciones forzosas y
depuraciones étnicas, y en China, Mao Tse Tung fue responsable de la muerte de
más de 70 millones de personas. Todo por motivos completamente arbitrarios. Y
la lista sigue.
¿Por qué te doy estos ejemplos? Porque en su día y en su
contexto, todos ocurrieron por "buenas razones". Todos los que
estuvieron detrás de esos crímenes abominables creían fervientemente que tenían
la razón y el derecho sobre los otros. Cualquier conflicto racista, religioso o
expansionista ha tenido el mismo principio, que yo entiendo y podría resumir de
esta manera:
TÚ PIENSAS/HACES/REZAS/AMAS/TE VISTES/VIVES DISTINTO QUE YO,
ENTONCES YO PUEDO PASARTE POR ENCIMA. ¿POR QUÉ? PORQUE TÚ ESTÁS MAL Y YO ESTOY
BIEN. Y PORQUE PUEDO.
Ya te lo dijo Isabel en su momento: No se puede decir: "Yo
no discrimino, pero me gustaría borrar de la faz de la Tierra a todos los
(...)" No se puede discriminar "poquito". No se puede
discriminar con "buenas intenciones", ni pedir tolerancia cuando la
pides sólo para ti y para los que piensan como tú. Lo intolerable es joder al
otro. Agobiarlo, perseguirlo, hostigarlo, amenazarlo, atacarlo, despojarlo,
abusarlo, ultrajarlo, humillarlo. Además, en el momento en que agrupas y
señalas, A QUIEN SEA, le niegas la posibilidad de mostrar su personalidad, su
historia, sus aristas y su complejidad. Lo nulificas, lo masificas. Lo
aniquilas como persona.
¿Sabes quién va a detonar el siguiente gran genocidio mundial
que tanto te preocupa? No van a ser los gays, con sus mallas estridentes y sus
meneos de cadera. (Aunque un depravado reprimido y lleno de odio SÍ pudo
masacrar a muchos inocentes en Orlando hace unas semanas). El siguiente
genocidio, mira lo que son las cosas, va a ser responsabilidad de la gente que
piensa como tú. Así como lo lees. Y conste que no estoy diciendo "la gente
como tú". Porque tú eres un tipo muy lindo, muy solidario con los tuyos y
con muchos matices. Estoy diciendo la gente que PIENSA como tú. Gente que se
cree con la razón sobre los otros, y que si te descuidas, está dispuesta a
imponer su verdad a cualquier precio, incluso si es a expensas de la vida de
sus propios hermanos. ¿Crees que estoy exagerando? Te aseguro que no. Aquí no
hay grados. No hay diferencia entre Donald Trump, ISIS y la más linda y dulce
de tus amigas. CUALQUIER discurso que juzgue a la gente por razones distintas a
cómo trata a los demás, es discriminación. Y TODA forma de discriminación es
una mecha potencialmente genocida para CUALQUIER grupo. Nadie se libra. Ni tú
ni yo. Basta con que alguien prenda esa mecha y se expanda la llama del odio.
Afortunadamente para ti, para mí y para la humanidad, LOS
PENSAMIENTOS PUEDEN CAMBIAR. No es cosa fácil, pero tampoco es imposible. Es
cuestión de abrir un poco la mente y ver el mundo y a cada persona con su
infinidad de colores y desde muchas perspectivas, sin tantos sesgos, sin tanto
blanco o negro, sin tantos miedos. Y eso SÍ se puede elegir. En el fondo, sólo
se trata de volverse congruente con el discurso de amor al prójimo que tan bien
conoces. Es algo que se escoge, todos los días, cada minuto. Y cuesta. A mí a
veces me cuesta uno y la mitad del otro. Pero hay que ejercitarlo, cueste lo
que cueste, porque es lo único que podría garantizar que permanezcamos otro
rato en este planeta.
Esta frase ha estado circulando en Facebook y me gusta:
"Everyone you meet is fighting a battle you know nothing about. Be kind. Always."
"Everyone you meet is fighting a battle you know nothing about. Be kind. Always."
No siempre se puede. Cuando se te aparece el gay bailando en
tanga en un carro alegórico, te irrita. No lo puedes evitar. Es la forma en que
fuiste educado. Vale. Cuando se te cruza el imbécil en un Nissan en el
Periférico te enfureces y lo quieres matar. Pero ese no es motivo para llegar a
tu casa, prender la compu y levantar una oleada de odio en contra de TODOS los
usuarios de Nissan y pulverizar de un plumazo su valía como seres humanos.
En tu respuesta a mi comentario también me preguntas con
insistencia: ¿por qué es ocioso meterse con los gays? Porque además de
discriminatorio, para gustos se han hecho colores y sabores, mi querido Juan. Y
pedirle a alguien que cambie sus gustos en el amor o el sexo es lo mismo que
pedirle a otro que cambie de preferencias musicales o que deje de comer cebolla
sólo porque a ti te choca. No tiene ningún caso. Es, como te lo escribí antes,
absolutamente inútil.
Pero a ti y a tus amigos les aflige mucho que los homosexuales
atentan contra LA FAMILIA. Y en eso SÍ los ofenden. Sí los agreden. No porque
hagan el amor de tal o cual manera, sino porque como no pueden procrear
biológicamente, atentan contra la base de la sociedad. ¿Cierto? Déjame contarte
un par de cosas que en mi corta vida he visto sobre la Familia con
"F" mayúscula. Mi mejor amiga de la infancia fue abandonada por su
madre, que tenía 15 años cuando la tuvo, así que mi amiga vivía con su tía
abuela, a quien llamaba "mamá", y en la casa de junto vivía su padre
adolescente con su propia madre. Hoy en día mi amiga se convirtió al judaísmo
por su esposo, tiene dos hijos preciosos y se lleva muy bien con su papá (que
ya no es adolescente). Tengo otro amiga cuyo padre fue criado por su abuela y su
bisabuela, y como estaban tan viejitas, él las mantenía desde que era un niño,
vendiendo periódico. Tengo otro amigo que huyó con su hermano de casa de sus
padres por alcohólicos y negligentes, para irse a vivir con sus abuelos. Yo
misma crecí con padres separados, y tuve la fortuna de contar con otros padres
y madres en diferentes presentaciones a lo largo de mi vida, que me
enriquecieron y me hacen sentir profundamente amada ahora que soy huérfana de
ambos papás. Cuatro de mis amigas más cercanas son madres solteras, y no he
visto a nadie, nunca, chambear y cuidar a sus cachorros como ellas. Tengo otros
conocidos que han sido criados sólo por su papá o por alguno de sus hermanos o
tíos. Conozco papás que tienen hijos adoptivos y familias con padres del mismo
sexo muy felices, felicísimas. Los amigos son la familia que uno elige. Y
seguramente en todos los ejemplos que te estoy dando hay un grado de locura o
por lo menos de neurosis. Pero mis papás eran muy conservadores y se casaron
con las mejores intenciones de estar juntos toda la vida y yo de todas formas
acabé yendo a terapia. Así que una vez más: Nadie se libra. Y ninguna familia
es perfecta, tanto como ningún ser humano lo es.
El concepto de "familia" entendido como papá, mamá e
hijitos (heterosexuales todos, desde luego), es un ideal. Un ideal que se
cumple mucho menos seguido de lo que nos gustaría, por infinidad de variables
que casi nunca se pueden controlar. La Familia a ultranza, como tú y tus amigos
la defienden, es un concepto realizable sólo en anuncios de caja de cereal. Y
de los años cincuenta. Y quien siga afirmando que es la única manera viable de
crecer, vivir y formar vínculos, es porque vive en otro planeta o no ve más
allá de sus narices. ¿Sabes a mí qué me parece escandaloso? Que haya tantos
niños solitos en el mundo, a su suerte, y tantas parejas católicas que no
pueden concebir, quejándose y llorando porque no pueden tener un hijo de sus
entrañas, "como Dios manda", y condenando a los homosexuales que SÍ
se animan a darles a esos niños un hogar. Perdón por el adjetivo, pero eso sí
que es aberrante.
Veo que la inteligencia te preocupa mucho, Juan. Para mí la
inteligencia no se mide por la cantidad de datos y retórica que alguien pueda
escupir. Está más en el corazón que en la cabeza y se mide por la capacidad de
VER al otro, de ponerse en sus zapatos y tratar de entenderlo, de escuchar los
dos, tres, cinco o diez lados de la historia, y elegir qué pensar antes de
repetir discursos aprendidos porque es más fácil que generar los propios.
La diversidad es lo más hermoso de la existencia. Si como
especie no nos hubiéramos abierto a lo exótico, a lo diferente, a lo
inexplorado, no tendríamos aviones. No tendríamos sushi ni caballos en este
continente ni hubiéramos probado el café. Yo no tendría una amiga peruana
viviendo con un holandés en Barcelona, con un hijo mixto y maravilloso. No
habría penicilina, trasplantes, ni la quimioterapia que me salvó la vida. Me
hubiera gustado que estuvieras en nuestra boda hace unos años, brincando en la
pista de baile con gente de todas las nacionalidades, edades y
"orientaciones", después de una ceremonia laica, sin intermediarios,
que tu mamá nos ayudó a organizar, gozosa y sin prejuicios.
Si de algo estoy convencida, es que son las PREGUNTAS lo que
mueve al mundo y lo mantiene marchando, NO las respuestas. ¿Cómo curo esto?
¿Cómo cocino esto otro? ¿Cómo me comunico, atravieso, llego, floto, vuelo? ¿A
qué sabrá esto? ¿Cómo se sentirá? La pregunta nos impulsa, nos obliga a
investigar, a inventar, a solucionar y evolucionar. Con los dogmas de fe, con
las respuestas incuestionables e inamovibles, lo cierto es que no se llega muy
lejos.
Kierkegaard, un filósofo muy espiritual, dijo: "Atreverse
es perder el equilibrio. No atreverse, es perderse".
Deseo para ti que pronto te atrevas a probar aquello que te
intriga pero te asusta, para que veas que "no está tan honda el agua"
y casi nada es tan grave como parece, y puedas beber de la savia de la vida sin
construir tantos escudos invisibles para defenderte de lo desconocido.
Porque la vida ES lo desconocido. Igual o más que la muerte. Y
en este lugar misterioso e inabarcable, sólo nos tenemos los unos a los otros.
Y nunca sabes quién es ese "otro" que en medio de la tempestad puede
salvarte.
Hay que estar para el otro. Nos conviene.
Buena suerte, Juan.
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